Fuego, agua y tierra se unen en la noche más mágica y corta del año.
El fuego estará presente en la mayoría de las celebraciones, cuando, a media noche, se encienda la hoguera que alejará a los malos espíritus, prevendrá enfermedades y quemará las malas herencias del pasado renovando energías.
Es costumbre, en muchos lugares, saltar la hoguera encendida tres, cinco, siete o nueve veces (según el lugar de procedencia). Con este ritual se espanta a las “meigas” y se inicia el solsticio de verano libre de “meigallos”.
Por su parte, el agua, como símbolo de pureza y fertilidad, será la protagonista de los rituales que evoquen a la procreación y purificación. Los baños en manantiales, el mar o con el simple rocío de la noche de San Juan auguran salud, fertilidad y eliminación de energías negativas.
La tierra también saldrá a partir de medianoche, con la búsqueda de la bendición y protección de las hierbas medicinales de San Juan: hierba de San Juan (cicatrizante y antiséptica), fiuncho (contra los malos espíritus), hierba luisa (especial para amoríos), codeso (contra los malos espíritus), fento macho (contra la tenia y antiparasitaria), malva (cura todo, desde resfriados o bronquitis, hasta nervios o mal de amores), romero (protege y purifica).